📘Ley contra el Desperdicio Alimentario: Resumen práctico
- Ines Garcia Ariza
- 30 jul
- 3 Min. de lectura
Se ha dado un paso decidido en la lucha contra el desperdicio alimentario con la aprobación de la nueva Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, una normativa pionera que entrará en vigor en marzo de 2026. Su objetivo es claro: transformar nuestra relación con la comida, proteger el planeta y reforzar la justicia social.
Os dejamos un resumen con la información más relevante, las acciones a llevar a cabo en cada tipo de establecimiento y el punto de partida para ponerse en marcha con el cumplimiento.

🥦 ¿Por qué es necesaria esta ley?
El desperdicio alimentario es un problema global con consecuencias dramáticas:
Se estima que se pierde entre el 25% y el 30% de los alimentos producidos en el mundo, con un coste económico superior a 728.000 millones de euros al año.
El desperdicio alimentario es responsable de hasta un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tiene un impacto negativo en la seguridad alimentaria, los recursos naturales y la lucha contra el hambre.
📍 ¿A quién afecta y qué establece?
Esta ley afecta a todas las empresas de la cadena alimentaria que no sean microempresas y se basa en una jerarquía de prioridades de obligado cumplimiento. Su alteración debe estar técnicamente justificada:
Prevenir: evitar que se genere desperdicio mediante una mejor planificación, previsión y adaptación de los procesos.
Donar: entregar los alimentos aptos a entidades sociales, garantizando la seguridad y la trazabilidad.
Reutilizar: aprovechar los productos descartados para otras elaboraciones en cocina y destinar el resto a la alimentación animal.
Reciclar: transformar los residuos en compost, biogás u otros usos industriales.
Eliminar: como último recurso, sólo si no hay alternativa viable.
Incluye obligaciones para todos los actores de la cadena alimentaria:
Disponer de un Plan de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario.
Aplicar la jerarquía de prioridades obligatoria.
Cuantificar y registrar anualmente el desperdicio generado.
Facilitar que los clientes se lleven la comida no consumida en los restaurantes, sin coste adicional.
Fomentar buenas prácticas: uso de envases sostenibles, formación del personal, optimización de menús.
Promover la donación segura y con la trazabilidad adecuada.
🔍Os indicamos más concretamente qué acciones específicas será necesario llevar a cabo en cada tipo de empresa de restauración:
🏥 Restauración colectiva (hospitales, residencias, colegios, cocinas centrales):
Creación e implantación obligatoria de un Plan de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario antes de marzo de 2026.
Registro obligatorio de la cuantificación y análisis de residuos.
Formación del personal adaptada a cada categoría.
Coordinación con subcontratas e integración del plan en toda la estructura del centro.
Aplicación de protocolos en servicio, cocina y recepción.
🍽️ Restauración comercial (restaurantes, buffets, catering, hoteles):
Implementación de planes progresivos de reducción, en marcha antes de marzo de 2026.
Obligación de ofrecer envases reutilizables o reciclables para llevarse la comida sobrante (excepto buffets).
Medición del desperdicio por zonas (almacén, cocina, servicio).
Optimización de la carta, raciones y compras según la demanda.
Participación activa en campañas de sensibilización para el cliente.
🍅 Cocinas centrales y obradores:
Creación y aplicación de un Plan de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario antes de marzo de 2026.
Cuantificación del desperdicio en cada fase del proceso (recepción, almacenamiento, producción, servicio).
Uso de registros específicos para el pesado y cubos.
Optimización de la oferta gastronómica para reducir sobrantes.
Priorizar productos de temporada, a granel o con fecha de caducidad próxima.
Formación del equipo para adaptar los procesos con este objetivo.
💡 Conclusiones:
Desde AGAR, consideramos que esta ley supone una oportunidad clave para profesionalizar aún más el sector, mejorar la sostenibilidad y ser referentes en buenas prácticas alimentarias.
Con nuestra experiencia durante el último año implementando sistemas de control del desperdicio en comedores escolares, hemos observado varios resultados:
· Planificación de menús más ajustada.
· Reducción significativa de la comida sobrante.
· Sensibilización del alumnado y del equipo.
· Mejor gestión de compras y eficiencia operativa.
✅ ¿Qué podéis empezar a hacer?
Implantar controles de peso y análisis de causas en cocina y servicio.
Formar a vuestro personal.
Rediseñar menús y procesos pensando en el aprovechamiento.
Comunicar vuestro compromiso a clientes y comensales.
¿Necesitáis ayuda?
¿Necesitáis ayuda? Desde AGAR podemos acompañaros en cada paso: desde el diagnóstico y la planificación, la digitalización y monitorización de datos, hasta la formación y el seguimiento.
Reducir el desperdicio no es solo una obligación legal, es un compromiso con el futuro y además ¡es rentable!
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